La recuperación de los clásicos griegos por parte de los humanistas


En su libro El pensamiento renacentista y las artes (Taurus, 1986), P.O. Kristeller realiza un somero examen del caudal de aportaciones que realizaron los humanistas italianos al corpus de clásicos griegos disponible en su tiempo. Vale la pena reproducir un fragmento de esta disertación para apreciar en su justa medida cuál fue el alcance de la tarea de dichos humanistas, ya que sin ellos es probable que hoy en día nuestra visión de la Grecia clásica sería muy distinta.

El campo del saber griego requería un esfuerzo todavía mayor [al que los humanistas habían invertido en recuperar los clásicos latinos], puesto que no tenía antecedentes propiamente dichos en el occidente latino, además de que incluso durante el período renacentista el número de buenos conocedores del griego fue considerablemente menor que el de los latinistas. En esto los humanistas italianos comparten con los maestros y contemporáneos bizantinos el mérito de haber traído a las bibliotecas occidentales el enorme cuerpo de manuscritos griegos en los que se habían conservado los textos de la antigua literatura griega, precisamente en el momento mismo en que el imperio bizantino era amenazado y definitivamente destruido por la conquista turca.

Los estudiosos renacentistas hicieron con los escritores clásicos griegos lo que habían hecho con los escritores romanos: copiar, imprimir, editar y exhibir sus obras, a la vez que estudiar la gramática, el estilo y los temas de dichos autores. También hicieron algo cuya importancia histórica no se ha valorado lo suficiente: traducir enteramente al latín todo el cuerpo de la literatura clásica griega. Esta tarea nos resulta todavía más impresionante si pensamos que el griego era entendido o dominado solamente por unos cuantos estudiosos, toda vez que, durante todo el período renacentista, el latín fue la lengua leída y escrita ordinariamente por todos los eruditos de la Europa occidental. Hacia 1600 los traductores humanistas habían ofrecido a los lectores occidentales todo el corpus de la antigua literatura griega.

La cantidad de literatura griega disponible en latín había sido mucho menor en los siglos medios. Había comprendido un cierto número de escritos filosóficos, teológicos y científicos, pero excluyendo todo tipo de poesía, historiografía u oratoria. Como resultado de la actividad traductora de los humanistas renacentistas, el occidente dispuso por vez primera de un amplio cuerpo de
escritos griegos antiguos: todos los poetas, incluidos Homero y los trágicos; todos los historiadores, incluidos Herodoto y Tucídides; y todos los oradores, incluidos Isócrates y Demóstenes. Incluso en los campos en que habían,abundado los textos griegos en la Edad Media, se tuvo ahora acceso a muchísimos más textos: no sólo Aristóteles y Proclo y un poquito de Platón, sino todo Platón y Plotino, junto a Epicuro, Epicteto y Sexto Empírico; no sólo algunos, sino todos los escritos griegos sobre medicina, matemáticas y astronomía; adem'ás de todos los autores patrísticos griegos. Esto supuso un cambio radical en, el material de lectura del investigador corriente, y los efectos estaban destinados a hacerse sentir no sólo en la literatura, sino también en la filosofía, la teología y las ciencias.